Pasas un verano brutal por el Palmar. Haces un montón de vídeos con tus amigos. Saliendo del hotel. Con el sol al atardecer. En el concierto inesperado del bar de los mojitos.
Piensas que vas a hacer un vídeo muy guapo con todo esto. Llegas a Madrid. Se te olvida. Lo vas dejando, lo vas dejando. La idea y por tanto, la ilusión se van ahogando. Ya lo haré. Tengo que buscar un hueco. Estamos a mediados de septiembre y ya no tiene sentido. Bah, ya nada.